TERESA, SOR CATALINA Y LA ILP DEL MAR MENOR

A MICRÓFONO CERRADO, opinión

17 enero, 2022

De este a oeste, de norte a sur, resuenan los ecos de una fascinante epopeya hecha realidad, la de la más famosa ILP que recordar se pueda, una iniciativa legislativa popular que pretendía y pretende dotar de personalidad jurídica a nuestro maltrecho Mar Menor. Con su promotora, la profesora Teresa Vicentedirectora de la Cátedra de Derechos Humanos y de la Naturaleza de la UMU ya conversamos el año pasado, en plena campaña de captación de firmas, entonces se mostraba convencida de que lo lograrían.

Y a fe que lo han conseguido, han sobrepasado con creces el medio millón de firmas exigido. La profesora Vicente lleva prácticamente una vida entera trabajando espartanamente en pos de alcanzar un sueño. Hoy aquel sueño parece más cerca, aunque quizá no tan próximo como parecer pudiera. 

Mas empecemos esta historia por el final: Teresa Vicente, promotora de la Iniciativa Legislativa Popular que quiere otorgar personalidad jurídica a la albufera murciana, tenía que recoger 500.000 firmas, y semejaba un imposible; sin embargo, no sólo lo logró, sino que consiguió, si mis números no me fallan, 639.826 firmas. Sin duda alguna, en el momento culminante, las indignantes imágenes de peces agonizando dieron munición sobrada para un ejército ávido y tenaz; las firmas se transformaron en armas en esta guerra sin cuartel.

A la postre, el enorme apoyo a la Iniciativa Legislativa Popular, desde entonces, se ha trocado en una hermosa gesta que podría alcanzar el éxito. Pero, ¿este David legislativo popular logrará derrotar al gigantesco Goliat que dormita en el Congreso?

Teresa ha impulsado a un aguerrido ejército de voluntarios por calles y plazas de España entera, y estos convencidos soldados han ganado, firma a firma, tan singular batalla, recorriendo España toda durante un año; y obteniendo logros tan vaporosos como el de las rúbricas del presidente Pedro Sánchez y de la ministra Teresa Ribera, que lo mismo que firman una iniciativa pueden olvidarse de ella, con igual facilidad.

No obstante, esta historia no ha hecho sino comenzar, ahora vienen los capítulos más interesantes y de mayor intriga. ¿Prosperará la Iniciativa?¿Qué ocurrirá después? ¿Qué implicaciones tendrá en el futuro del Mar Menor? ¿Qué aportará realmente darle personalidad jurídica al Mar Menor?

«El Mar Menor pasará de ser un mero objeto, sometido al interés político y empresarial, a sujeto con derechos fundamentales», sostiene esta romántica defensora de causas perdidas para todos menos para ella. Si la ILP saliera adelante, el Mar Menor se convertiría en el primer paraje natural con derechos propios en todo el continente europeo.

 La tesis premonitoria

El miércoles 28 de julio de 2021, cuando se registraba en el Congreso de los Diputados la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para que se reconociera a la laguna como sujeto de derecho, sólo ella creía firmemente en el éxito de esta aventura. Sólo ella y Sor Catalina, el alter ego de Teresa, que escribió su tesis doctoral sobre justicia medioambiental en un convento de clausura, alentada por las monjas más que por sus profesores.

Si entonces, décadas atrás, Teresa hubiese fracasado, nunca se habría llegado hasta aquí. Aunque Sor Catalina no lo hubiera permitido jamás; también a ella le debemos la ILP del Mar Menor. De hecho, redactar la tesis doctoral (‘Justicia y derecho ambiental. Para un modelo de justicia ecológica’) en su convento de clausura, fue algo más que premonitorio.

Empero constituye aún una incógnita qué puede suceder en España con esta ILP, única en su género; medidas similares ya se aplican en otros espacios naturales del planeta, donde se han reconocido derechos a enclaves naturales. En Colombia, por ejemplo, el Tribunal Constitucional interpretó que cabían en la Constitución colombiana los derechos del río Atrato.

¿Y con tales precedentes podemos ser optimistas? ¿De qué le ha servido al río Atrato tener reconocidos sus derechos? Hasta el momento, de muy poco… ¿Con personalidad o sin ella, tendrán los males de nuestro Mar Menor remedio? Sólo Sor Catalina y los monjes del Congreso lo saben. Tal vez ni ellos.