LA DESESCALADA QUE VIENE

A MICRÓFONO CERRADO, opinión

10 junio, 2021

Estamos emprendiendo una desescalada que nos tendría que llevar al fin de esta pesadilla. No sé si es demasiado prematuro para relajar al máximo las escasas restricciones todavía en vigor; pero parece que ya podemos aspirar a una especie de normalidad, que ni será nueva, ni tampoco será muy normal. Porque la sombra de la pandemia todavía es muy alargada. No quisiera recordar que la anterior desescalada estival acabo en un monumental descalabro, y que todavía estamos penando las alegrías navideñas que tanto dolor esparcieron a lo largo y ancho de la geografía nacional.

De entonces a ahora, la diferencia es notable; porque en el verano pasado no disponíamos de vacunas; y en Navidad, sólo conformaban una esperanzadora posibilidad, que tardaba en llegar. En vísperas de este verano, en cambio, la vacunación progresa adecuadamente en toda España. Sin embargo, existen nuevas variantes muy agresivas como la brasileña, la india o la sudafricana (y no serán las últimas en aparecer), cuyas repercusiones todavía son impredecibles.

En este mismo programa, Pedro Aparicio, catedrático de Inmunología de la Universidad de Murcia nos advertía de que ya se ha detectado que la vacuna de AstraZeneca no protege frente a la mutación sudafricana. Es sólo un aviso a navegantes, porque en esta aldea global, Sudáfrica es vecina de todo el orbe, también es vecina nuestra. Por fortuna, la penetración actual de la variante sudafricana en nuestro continente es muy baja.

Mas, el factor que podría torcer enrevesadamente el guion de este drama que ya dura 15 meses, sería la hipotética aparición de nuevas cepas tan diferentes al virus original que fueran capaces de infectar tanto a personas que ya han pasado el covid como a las vacunadas. De momento, esto suena a ciencia ficción, pero también lo parecía al principio la irrupción del covid en nuestras vidas…

Por otra parte, resulta patente que el mayor riesgo no está en Europa sino en el Tercer Mundo sin vacunas; sería utópico pensar en una inmunidad de grupo, en un universo tan interconectado, sin que la inmensa mayoría de los países pobres estén vacunados

Aunque fuera sólo por nuestro propio interés, por puro egoísmo, deberíamos volcarnos con el Tercer Mundo; el riesgo de que la población sin inmunizar pueda propiciar nuevas y más agresivas variantes supone una amenaza que no se debería descartar. ¿Hasta qué punto la Comunidad Internacional este asumiendo este reto? Éste es el quid de la cuestión.

Ante tan colosal desafío, nuestras disputas provincianas quedan en flagrante evidencia. Tanto es así, que en nuestro pequeño paraíso español y en nuestra benditamente soleada Región, seguimos discutiendo con ardor sobre desescaladas, y echándonos los trastos a la cabeza, que es el deporte nacional desde tiempos inmemoriales.

A pesar de todo, la fiesta de la desescalada la vamos a vivir, querámoslo o no, de un confín a otro de nuestra española tierra. Y las mascarillas pueden volar por los aires… Y también muchas vidas. Sin embargo, unos cien mil españoles (entre ellos, más de 1.600 murcianos) ya no la podrán celebrar. Pero, en realidad, ¿qué estamos celebrando…?