05 mayo, 2022

¿Por cuánto ganará Juanma Moreno y el PP? Es seguramente la gran cuestión que las urnas deberán dictaminar el próximo 19 de junio en las elecciones autonómicas que se celebrarán en Andalucía, a tenor de lo que la mayoría de los sondeos (no incluyo aquí los que pueda perpetrar un tal Tezanos) van propalando. A los partidos de izquierda les ha pillado la convocatoria, pese a que era más que previsible su adelantamiento, con el pie cambiado, desunidos y con falta de liderazgos claros y sólidos. A Ciudadanos, pese al meritorio y reconocido papel de Juan Marín como vicepresidente del gobierno andaluz, la coyuntura de franco declive de su marca política no les beneficia. La única duda es si Vox será capaz de arañar más o menos escaños con su flamante Macarena Olona encabezando la candidatura y en qué medida podrá exigir o condicionar al nuevo gobierno de Juanma Moreno.

Más allá de los posibles resultados, y dado que la mayoría de la derecha y del centroderecha se da por descontada salvo sorpresa mayúscula, lo que resulta verdaderamente significativo e histórico es la consolidación de una alternativa política a lo que parecía el sempiterno cortijo socialista hasta hace cuatro años. Parecía que Andalucía estaba abonada a ver cómo se sucedían un gobierno socialista tras otro hasta el día del juicio final. Es más, recuerden que las izquierdas decretaron, cuatro año ha, una llamada “alerta antifascista” en las calles por temores, que el tiempo se ha encargado de concluir como infundados, de que PP y Ciudadanos –más Vox con su apoyo externo– significaban poco menos que la bajada a los infiernos, a la gehena del fuego inextinguible.

Lo que realmente se ha extinguido de forma gradual ha sido precisamente ese miedo un tanto irracional o visceral de que Andalucía solo podía ser, en términos coloquiales, roja, o de lo contrario dejaría de ser Andalucía. La terca realidad se ha impuesto y el índice de aprobación popular alcanzada por “Juanma”, como popularmente se le conoce, es la señal más clara de que otro modo de hacer política, otro modo de gobernar Andalucía es posible. La alternancia suele generar efectos saludables y he aquí un palmario ejemplo.

Aparte de la lectura regional andaluza que se realizará, el cada vez más convulso fin de legislatura nacional –Pegasus mediante como último episodio– hará que también se extrapolen en cierto modo sus resultados a un ámbito más general, especialmente porque Andalucía proporciona muchos escaños en los comicios generales. Será seguramente una gran encuesta en tiempo real, que habrá que seguir muy atentos.