Murcia, 26 de octubre de 2020

Qué duda cabe que nuestra Región está mal financiada, e injustamente tratada en el sistema de financiación autonómica. Y semejante injusticia se ha convertido en una de nuestras reivindicaciones históricas por derecho propio. Pero, ¿cuál es la causa de esta deuda endémica y desenfrenada?

El origen del actual sistema de financiación autonómica se remonta al ínclito Zapatero del Reino, aunque el tal Rodríguez hace tiempo que es pasado; después a Rajoy tampoco le dieron excesivas prisas por cambiar el modelo, y obviamente a Sánchez tampoco le ha apremiado el cambio de sistema. Así han ido transcurriendo los años, unos tras otros… sin que nadie hiciera nada. O al menos, nada efectivo, ni nada que beneficiara a nuestras arcas públicas.

En consecuencia, la deuda regional se ha ido disparando cada vez más, y supera los diez mil millones de euros (ya duplica el presupuesto de la Comunidad). Lo sorprendente es que todos con mayores o menores reticencias admitíamos con estoicismo esta triste realidad, sin apenas cuestionarla. La maldición del sistema zapateril constituía la única razón que se argüía ante el beneplácito de unos y la aquiescencia de la mayoría, incluidos en esa mayoría los que vivimos del periodismo.

Al menos, hasta ahora, así se había entendido de manera generalizada. Obviamente, muchos de nuestros conciudadanos no atesoran conocimientos de economía aplicada, y se tienen que quedar necesariamente con las versiones oficiales, que los medios repetimos como papagayos hasta la saciedad .

En suma, la infrafinanciación parecía ser la única justificación del incesante incremento de una deuda que tenemos que pagar entre todos los murcianos. Pero hete aquí que un nuevo informe del CES pone en entredicho esta versión, tan comúnmente aceptada. Un estudio encargado por el Consejo Económico y Social de la Región demuestra que la infrafinanciación supone un 30% de la deuda regional.

Es decir, que de esos 10.000 millones de euros que soporta la Comunidad, sólo el 30% (y ya son millones), proviene directamente del perverso sistema, vigente desde 2009. Como informó recientemente a la Asamblea, el profesor de Economía de la Universidad de Murcia, Francisco Sánchez, que ha sido el coordinador de este informe. Sus conclusiones colisionan frontalmente con los datos que esgrime el Ejecutivo regional, que asegura que el 90% de la deuda procede del sistema de reparto de fondos del Estado a las comunidades, el conocido por algunos como modelo Zapatero.

Sin entrar a valorar quién o quiénes tienen razón, lo más desolador es comprobar cómo once años después, todavía desconocemos por qué herida nos estamos desangrando. Según este informe del CES, la mayor parte de nuestra deuda se deriva de otras causas, ajenas a la financiación autonómica. Esta investigación abarca el periodo comprendido entre 2002 y 2019; en ese intervalo, la deuda regional se incrementó en 8.500 millones de euros. El estudio del CES es taxativo, concluye que únicamente un 30% de ese aumento corresponde a la infrafinanciación, que sufrimos con paciencia franciscana en esta Comunidad.

¿Con qué nos quedamos? ¿Con el último informe del Consejo Económico y Social?, ¿o con las reiterativas manifestaciones del Gobierno Regional, que señalan directamente a la financiación como la causa exclusiva de lo que debemos?

Mas no es pequeña la diferencia: entre un 90 y un 30 por ciento de la deuda, hay demasiados millones extraviados por el camino. Y los contribuyentes tenemos derecho a saber exactamente qué debemos y por qué lo debemos. A menudo, escuchamos el cliché que sostiene con inusitado énfasis que el dinero público no es de nadie. Sin embargo, la deuda sí que lo es; a todas luces, es nuestra.