LA CLAVE NACIONAL
15 febrero, 2022
Hasta la saciedad hemos escuchado que las recientes elecciones autonómicas en Castilla y León se iban a leer en clave nacional. Pues bien, ahí están los resultados y todo el mundo anda pendiente de las reacciones de los líderes nacionales más que de los regionales, que algo tendrán que decir en esto, digo yo.
Clave nacional es que Pablo Casado forzó un adelantamiento de los comicios buscando un nuevo golpe de efecto tipo Ayuso en Madrid y, sin embargo, se ha encontrado con un “no es esto, no es esto” (de orteguiano recuerdo) que le han propinado sus conciudadanos castellanos y leoneses. No es esto lo que pensabas, amigo, le han dicho. El disparo a puerta, en vez de entrar por la escuadra, ha ido flojo y centradito, fácil para el guardameta.
Clave nacional es que las izquierdas de PSOE y Unidas Podemos han vuelto a pegarse un batacazo, como en Madrid o antes en Galicia y País Vasco, siguiendo la tónica de declive que solo el inefable Tezanos, con su CIS debajo del brazo, es capaz de no predecir en sus encuestas, si se le pueden llamar así. Si no despiertan, los partidos de la coalición de gobierno seguirán pasándolas canutas para seguir en la brecha.
Clave nacional es el enésimo hundimiento parcial de Ciudadanos, que se ha aficionado a cosechar mínimos históricos y parecen reacios a ejercer la autocrítica culpando a otros, ¡o a los mismísimos votantes!, de sus magros resultados.
Clave nacional es el ascenso progresivo de Vox, por el que las izquierdas y sus socios independentistas se rasgan las vestiduras sin hacer algo de examen acerca de si no habrán tenido algo que ver ellos en ese ascenso, me atrevo a sugerir, y no culpar siempre al cien por cien al PP, aunque haya puesto también algo de su parte.
Y clave nacional es también –aunque pueda parecer lo contrario– que plataformas como Soria Ya y en menor medida Por Ávila, y partidos como Unión del Pueblo Leonés, asomen la cabeza con tanta fuerza. Es ciego quien no ve cómo en las altas negociaciones de Estado los partidos separatistas, nacionalistas y regionalistas consiguen cosas tangibles a cambio de prestar sus votos en el Congreso de los Diputados. El efecto llamada está aquí, y ya no solo existe Teruel. En esas estamos y a ver cómo acabamos.