En esta sesión, vamos a aparcar la gran economía, para hablar de la microeconomía más querida: la de nuestras más acendradas tradiciones, la de nuestras fiestas que acabamos de vivir, haremos balance de las Fiestas de Primavera, especialmente desde la vertiente huertana, unas fiestas que nos han dejado un agradabilísimo sabor tanto en el paladar como en el corazón de todos los murcianos. Hoy, en Frecuencia Murcia Económica conversamos con el presidente de la Federación de Peñas Huertanas, Juan García Serrano.
García Serrano es todo un veterano de la Federación de Peñas Huertanas, fue su impulsor en los años 80. Así que pocos como él, para hacer balance del emblema de nuestras fiestas, El Bando de la Huerta. Qué duda cabe que nuestras hermosísimas tradiciones huertanas probablemente se hubieran perdido, si no fuera por la incesante labor de la Federación de Peñas.
Precisamente Juan García Serrano fue su primer presidente electo, aquel mandato se extendió de 1982 a 1984. Muchos años después, vuelve a la primera línea de fuego, y lo hace con renovadas ilusiones, después de imponerse brillantemente en las elecciones del pasado 30 de noviembre.
Pero antes de entrevistar al presidente de la Federación de Peñas Huertanas de Murcia, debemos entrar en otros asuntos. Y les aseguro que hay de todo en la actualidad regional. Para analizarla cuento con un cuarteto de comentaristas de primerísimo nivel: Soledad Díaz, nuestra única representante en la Mesa del Turismo de España; Fernando Abad, director de Nuevo Digital, diario de Economía de la Región de Murcia; José Luis Leante, exdirector de Cáritas y Carlos Ladrón de Guevara, analista político.
Asimismo, podremos escuchar la siempre atinada columna de opinión ‘Por Decir Algo’ del profesor Carlos Barrera, director del Máster de Comunicación Política de la Universidad de Navarra.
Comenzamos haciéndonos eco de una extraordinaria iniciativa regional, su apuesta por la inteligencia artificial.
CHEQUES INTELIGENTES
No sé si es muy inteligente promover la inteligencia artificial, en vez de insistir en el cultivo de la inteligencia natural, tan escasa en estos tiempos de mudanza. Pero este mundo cruel, hasta en sus más apartadas orillas, se sigue obsesionando con una sociedad inteligentemente gobernada de manera artificial. Y también en nuestro soleado huerto, queremos rendirnos ante los oscuros encantos de la IA. Aunque tampoco hemos echado la casa por la ventana, ni mucho menos: la Comunidad destina apenas 900.000 euros para incentivar la IA y la ciberseguridad en el sector empresarial y comercial de la Región.
Y habrá quien se haya quedado muy satisfecho; el caso es estar a la última; vamos a la moda sí, pero no nos excedemos ni un céntimo. La IA a la murciana, no necesita más. Pero como consigamos con sólo 900 mil euros instalar la Inteligencia artificial en nuestras empresas y comercios, habrá que convenir que en Murcia la IA también es IB, inteligencia barata, muy barata… Pero ya saben que lo barato sale caro, especialmente en el ciberespacio.
La Consejería de Empresa trabaja, con tan exiguo presupuesto, en esta nueva línea de ayudas que echará a andar en unos meses. Se trata del ‘Cheque de Inteligencia Artificial’, rimbombante nombre para una medida con la que el Ejecutivo regional pretende facilitar a las empresas el salto a novedosos canales de comercio. El llamado ‘Cheque de Inteligencia Artificial’ se une a otras iniciativas como los cheques TIC, Comercio Electrónico o Ciberseguridad, unas líneas que han movido unos 6,4 millones de euros.
Será por cheques… En la mente de ociosos y sesudos asesores, puede parecer mucho; mas sigue siendo poco, inteligentemente poco. Les recuerdo que el presupuesto de la Comunidad supera los 6.500 millones de euros. En suma, la apuesta es demasiado humilde, ni siquiera se destina un millón al inexorable destino de la Inteligencia Artificial, al que nos veremos abocados más temprano que tarde, querámoslo o no.
Sin embargo, si con escasos 900 mil euros resolvemos la ecuación de la inteligencia artificial en nuestra Comunidad, de inmediato nos reclamarán desde cualquier punto del planeta… Porque todos querrán convertirse, como nosotros, en unos genios alados, dignos de las Mil y una Noches que, en vez de lámparas oxidadas, frotan cheques mágicos.