DE RELATOS Y REALIDADES
27 abril, 2023
Está de moda hablar de la importancia de los relatos para transmitir mensajes. No seré yo quien lo niegue dedicándome a lo que me dedico. Los utilizan las empresas y todo tipo de organizaciones y también, por supuesto, los partidos políticos, más aún si están en campaña como es el caso en España. Siempre es más amable, se puede persuadir mejor a través de historias que de datos puros y duros, y en ello se afanan los equipos de comunicación de los partidos. En todo caso, ha de tenerse en cuenta siempre la capacidad de los ciudadanos para recibirlos y asimilarlos, que no está garantizada.
Existe una frase coloquial en nuestro idioma castellano que dice: “Vamos a dejarnos de historias”. Si un porcentaje de la población está desencantado con la política en general o con algunos políticos en particular, es fácil espetar a quienes andan pidiendo su voto un: “Déjense de historias”. Con ello pretenden transmitir su escepticismo por más que los envoltorios de los mensajes electorales suenen bonito. Y es que la gente vive instalada en la realidad, que es muy tozuda y no siempre coincide con la que pintan nuestros representantes o aspirantes a representantes políticos, ya sean a nivel local, autonómico o nacional.
“Bonito, todo me parece bonito”. ¿Recuerdan aquella canción del añorado Pau Donés, de estribillo y música tan pegadiza? Pegó fuerte, sí, porque no nos vienen mal unas dosis de optimismo antropológico para ahogar las penas del cotidiano vivir. Parece hoy también escrita para describir lo que candidatos de todo tipo y condición, de cualquier pelaje ideológico y partidista, transmiten a los electores en campaña. Bonito es lo que hago yo, y feo, muy feo, lo que hacen mis rivales. El “yo contra ellos” es un mensaje simple que, bien aderezado de historias, de relatos, suele funcionar cuando de captar votos se trata. Las campañas se basan en la confrontación: de programas, de líderes, de mensajes, de ideas-fuerza, incluso de eslóganes que los resumen. Y para confrontar hay que significarse como opuesto al otro, así de sencillo.
Siguiendo el hilo de la canción de Pau, también habrá quien se rebele contra esos “cuentos” y repliquen al emisario político de turno: “¿y te parece bonito?”, afeándole una conducta determinada. De nuevo tenemos aquí a la terca realidad enfrentada a las historias. Cuando en cuatro años se ha hecho “A” y luego en campaña se dice “B”, sucede como que rechina algo en la escucha de un cierto número de electores. Me viene a la memoria otra canción, esta mucho más antigua, ni más ni menos que de Los Brincos en los años 60, que se titulaba: “¿A mí con esas?” Es lo que a más de uno le viene a la cabeza al recibir ciertos mensajes en campaña, cuando lo vivido se topa con lo contado y no cuadra.
Relatos y realidades están llamados a enfrentarse de forma continua: permanezcan atentos a lo que todavía queda por venir en un año electoral por excelencia como 2023. Los políticos nos vendrán con sus mejores explicaderas pero no cabe despreciar la capacidad de aguante de nuestras entendederas, que no son unas simples tragaderas.