TRUMP Y BIDEN

Por Decir Algo

10 noviembre, 2022

¿Quién ha ganado las elecciones legislativas norteamericanas de mitad de mandato, celebradas el 8 de noviembre? A primera vista, los republicanos, que al menos se aseguran, aunque por un margen menor de lo esperado, el control de la Cámara de Representantes. La batalla del Senado, por su parte, tiene que esperar a los ajustadísimos resultados de unos pocos estados en juego hasta dilucidar quién tendrá una también ajustadísima mayoría.

En todo caso, los focos de la opinión pública estaban puestos más en las dos prominentes figuras que todavía abanderan ambos partidos: los dos mismos hombres que protagonizaron el confrontamiento electoral hace un par de años y que ahí siguen, presuntamente incombustibles pese a sus edades avanzadas: el presidente demócrata Joe Biden y el ex presidente republicano Donald Trump. Ambos “amenazan” con ser de nuevo los candidatos que se enfrenten, otra vez, dentro de dos años por si no les teníamos más que vistos. La experiencia es un grado, se dice, y es cierto; pero no es menos cierto que a estas alturas uno espera que aparezcan mirlos blancos en ambos partidos para regenerar los liderazgos de sus respectivos partidos, no vayan a seguir deslizándose ambos por el riesgo de la esclerotización.

Los Estados Unidos se merecen nuevos líderes que ilusionen, como en su día hicieron desde un John F. Kennedy a Barack Obama, pasando por Ronald Reagan, por poner tres ejemplos. Solo de pensar en ver de nuevo los debates de campaña con Biden y Trump enfrentándose, se le quita a cualquiera la emoción. Biden, aunque la derrota en estas legislativas no haya sido tan grande como algunos vaticinaban, simplemente no remonta. Todas las encuestas le dan desde hace tiempo bajos índices de popularidad o de aprobación de su gestión, y las urnas no han hecho sino corroborarlo. Trump confiaba en una victoria amplia y, sin embargo, ha sido más bien pírrica. Podría hablarse incluso de cierta derrota moral. Y, claro, ha emergido la figura del gobernador de Florida, Ron DeSantis, en quien sí se intuye un posible aspirante a presidente sin las estridencias de Trump.

Lo malo de este último es que no dará su brazo a torcer fácilmente. Sabido es que la humildad no es precisamente su punto fuerte, y que hay muchos votantes republicanos que siguen creyendo que hubo fraude hace dos años y que la victoria de Biden no fue por tanto justa. Ojalá, al menos es lo que personalmente me gustaría, Biden y Trump den un paso al lado y dejen la vía libre para que la nueva batalla presidencial tenga otros protagonistas que no den tanta cancha a la extrema polarización creada y transmitida a sus votantes y simpatizantes.