RASGARSE LAS VESTIDURAS
19 enero, 2023
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero al fin y al cabo todos las hacemos porque va en nuestra condición humana: somos así, ¡qué le vamos a hacer! Viene esto a cuento de que llama poderosamente la atención cómo se han rasgado las vestiduras los partidos del gobierno de coalición de Sánchez ante las medidas del gobierno de Castilla y León en su supuesto afán de promover la natalidad, mientras nada dicen, o miran hacia otro lado, por las consecuencias de una ley que está permitiendo rebajar las penas a los violadores en un goteo incesante y doloroso.
¿Hay dos varas de medir? Parece evidente. Lo que yo hago por la sociedad, según mi entender, es bueno; y lo que tú, rival político, haces por la sociedad (pues todos utilizan al fin y al cabo el mismo argumento) es malo. Así de sencillo, y no hay más vuelta de hoja. Promover políticas que no encajan con mi visión del mundo y de la vida han de ser erradicadas sin piedad, como las que el gobierno castellanoleonés parece haber dispuesto para informar a las madres gestantes que quieran antes de recurrir al aborto. Pero mis políticas sobre la violencia machista, aunque se hayan demostrado ya fallidas en tan poco tiempo, deben mantenerse sí o sí porque el conjunto de los derechos de la mujer que se protegen vale la pena. O quizás también, aunque no se diga, porque reconocer el error es poner en bandeja un triunfo al adversario político y porque, además, y es bien sabido, Sánchez no puede cesar a ningún ministro o ministra de Unidas Podemos, en virtud del acuerdo de gobierno al que llegaron en su día.
Y esto no ha hecho nada más que empezar. Vienen meses, aunque uno ya está curado de espanto a estas alturas, en los que, con las elecciones a la esquina de la vuelta, los maximalismos discursivos se exacerban para marcar las diferencias. “¡Que yo no soy como estos desalmados, oiga!”, parecen decir y seguirán diciendo unos y otros. Compren, compren abundantes vestiduras en las rebajas de enero porque van a tener que rasgar unas cuantas, y al paso que llevamos no sé si llegaremos al “Ya es primavera” de El Corte Inglés para tener de nuevo jugosas ofertas en nuestras compras.
Ya volverán, esperemos, las aguas a sus cauces, cuando el año de las urnas termine. Entretanto habrá que seguir aguantando el chaparrón de los desgarros en las vestiduras porque se trata de contentar a la plebe, sobre todo a los tuyos… para que al menos no pierdan el fervor partidista, pongan también su grito en el cielo y logren expandirlo a otros que sumar a la causa. Ya sé que no suena a muy racional todo esto pero no me negarán que es un recurso fácil que funciona, aunque no siempre porque también, porque también… ¡hay quien piensa por sí mismo!, y a esa especie digna de ser protegida no se le engaña con el “¡que viene el lobo, que viene el lobo!”.