PERDIDOS EN EL ESPACIO

opinión, Por Decir Algo

28 abril, 2022

Por si a alguien le cupiera aún alguna duda, el presidente Sánchez dejó meridianamente claro, y es algo que se debe agradecer, con quién quiere seguir gobernando en la próxima legislatura con permiso del Congreso de los Diputados y si el pueblo no lo impide. Lo dijo recientemente en una entrevista en Antena 3 y a sus palabras me remito: “Aquí va a haber dos opciones –afirmó contundentemente–: o un Gobierno de coalición de la derecha con la ultraderecha, o un Gobierno de centroizquierda del Partido Socialista con lo que represente el espacio de Yolanda Díaz”.

De Unidas Podemos ni rastro, oiga. Como si no existiera. Como si hubiera caído un rayo del cielo sobre dicha coalición y la hubiera fulminado y si te he visto no me acuerdo. Pero las sillas, los sillones mandan y los ministros de Unidas Podemos los seguirán calentando bajo esas siglas hasta que la muerte de la legislatura los separe, por más que muestren su oposición, un día sí y al otro también, a medidas específicas del gobierno. Si algo ha demostrado Sánchez es que tiene unas grandes tragaderas, una capacidad de olvido rayana en la amnesia y con base en la supervivencia política porque si Unidas Podemos se les va… adiós gobierno. Elemental, querido Watson.

El así llamado “espacio de Yolanda Díaz” es todavía, eso sí, una incógnita. Lleva meses sobrevolando el ambiente como una especie de fantasma que nunca acaba de aterrizar y hacerse visible. Qué será y qué representará quizás solo ella lo sepa. En Unidas Podemos andan lógicamente con la mosca detrás de la oreja. Yolanda Díaz se ha puesto de perfil en muchos de los temas calientes de las últimas semanas para marcar perfil propio, para que no la asocien con esas siglas ya desgastadas, y eso que nacieron anteayer, de las huestes de Iglesias, Belarra, Echenique, Montero y compañía. Necesita como agua de mayo un perfil de mujer de estado que vaya a la par con la empatía que parece haber generado en sectores de la izquierda.

Se dice, y es verdad, que las viejas marcas políticas están de capa caída, y no sólo en España. Para ejemplo tenemos lo ocurrido en nuestro vecino país galo. El partido de Macron, sin ir más lejos, es más bien un espacio político que él mismo se creó como plataforma hace cinco años. Algo similar, pero a la izquierda, está intentando Yolanda Díaz. Quizás es que andamos ahítos de partidos esclerotizados y sobrados de espacios. El peligro, rememorando una antiquísima serie televisiva, es que acabemos también, y Macron se ha quedado a poco, “perdidos en el espacio”.