EXHUMAR AL DICTADOR

Por Decir Algo

29 noviembre, 2022

Si no me falla la memoria, ignoro si democrática o no porque nací en 1962 y eso ya me hace sospechoso, la guerra civil la ganaron los nacionales, término que nunca me ha gustado utilizar porque considero tan nacionales unos como otros y por eso prefiero hablar de franquistas y frentepopulistas: nada de republicanos tampoco, que al comienzo las proclamas militares de los sublevados acababan con un “¡Viva la República!”. Y es que la historia es compleja y no se puede reescribir a brochazos sino que necesita de pinceles muy finos.

No digamos ya cuando quienes pretenden ejercer como historiadores son los políticos, cuyos intereses no son precisamente científicos sino ganarse la confianza del ciudadano, del electorado. El lunes, Pedro Sánchez nos regaló una de esas frases grandilocuentes a que es tan aficionado: “Una de las cosas por las que pasaré a la Historia es por haber exhumado al dictador de un gran monumento como el que construyó en el Valle de los Caídos”. Quizás lo que no se atrevió a decir es que el siguiente paso es cargarse el gran monumento mismo, de lo que casi nadie duda conociendo al personaje.

Decía que la guerra la ganaron los partidarios de Franco, y esa es una verdad incontrovertible por más que décadas después le echaran a patadas de su sepultura. Esa victoria sí que ha pasado a la historia y marcó un antes y un después (no entro aquí a juzgar si para bien o para mal, tengo mi propia opinión llena de matices) en nuestro país. No solo eso: ejerció además el poder durante casi cuarenta años y transformó España (tampoco entro a discutir en qué la transformó pero, como en toda obra humana, no todo fue negativo). Lo que no podemos es crear una especie de agujero negro por el cual todo, absolutamente todo lo que ocurrió en ese gran período de tiempo no existió. Es de cándidos e ingenuos, cuando no de necios en el sentido más etimológico de la palabra: el que no sabe. Y no hay peor necio que quien no quiere saber, podríamos añadir.

Dios nos libre de memorias selectivas que solo buscan el propio interés o réditos políticos. Los políticos en general, y no me refiero solo a Sánchez y su tropa, suelen manosear la historia porque la simplifican hasta extremos en los que un país, o buena parte de los habitantes de ese país, no se reconocen en ella.

Posdata: si todo lo que acabo de decir ha de pasar por la laica Inquisición que fomenta la falazmente llamada Ley de Memoria Democrática, quizás deba pasar el resto de mis días en el trullo o relegado al ostracismo en mi vida académica. Pero uno, romántico que es en el fondo, sigue creyendo en la libertad de cátedra y en la libertad de expresión; otros parecen sentir pavor hacia ellas.