Para empezar el programa de hoy, quisiera celebrar un aniversario: un aéreo aniversario. A tal efecto, tendremos que levantar nuestra mirada al firmamento. Porque si se quiere ver el porvenir que se avecina, de vez en vez, hay que mirar al cielo… Nuestro futuro también depende del aire; o, mejor dicho, de nuestros altos vuelos y nuestro aeropuerto de alcurnia. Precisamente hoy se cumplen cinco años, una semana y un día de la inauguración del flamante Aeropuerto Internacional de Corvera, y siguen llegando más deseos que aviones.
Es tiempo de hacer un balance desapasionado de esta infraestructura que no iba a costar un euro: el aeropuerto de Corvera, el 15 de enero cumplió cinco años, e insiste sin éxito en buscar su destino, que habría de ser el de muchos pasajeros que no acaban de llegar.
Así que cinco años, una semana y un día tiene la criatura… Dicho de este modo parece una condena (y tal vez lo sea). O quizá, una maldición ya que, a pesar de los pesares, e ímprobos esfuerzos, sigue estando sideralmente lejos de hacer realidad las previsiones de creación de 20.000 empleos que contemplaba la Comunidad, ni tampoco ha logrado las cifras millonarias de pasajeros que le atribuían los sesudos estudios de esa lujuriosa época no tan lejana.
Las previsiones al inicio de la obra, en 2008,señalaban que Corvera podría probablemente ‘robar’ tres millones de pasajeros al aeropuerto alicantino/ilicitano de El Altet. Pero las estimaciones que la Comunidad manejaba entonces iban más lejos todavía, llegaban a pronosticar que rozaría en 2018 los 28 millones de pasajeros, mientras que en 2030 se alcanzarían los 32 millones.
Mas los aviones de los deseos se han chocado con la dura realidad. Cinco años después, ¿saben a cuántos viajeros hemos llegado? Actualmente Corvera todavía no ha logrado el millón de pasajeros. Todo un éxito sin paliativos, del que nadie se siente responsable.
Sí, soy consciente de que ha habido una pandemia de por medio, pero el Covid al parecer sólo ha infectado mortalmente a nuestro aeropuerto; el vecino de El Altet, al que le queríamos robar tres millones de pasajeros, ni se ha enterado; y este año ha vuelto a batir sus registros. En cambio, el murciano aeródromo ha perdido viajeros en un 2023 que ha disfrutado de una campaña turística récord, tanto a nivel nacional como regional. Sin embargo, Corvera ha visto los turistas de lejos.
Al menos, a los sufridos murcianos, nos queda el estólido consuelo de que nuestro Corvera sigue sin costar un euro; en verdad, no sabemos cuánto nos cuesta. Ni cuánto nos puede llegar a costar.